miércoles, 25 de noviembre de 2009

Entrevista a Félix Lope de Vega y Carpio Renovador de las fórmulas del teatro español

Poeta y dramaturgo del Siglo de Oro español, Félix Lope de Vega y Carpio nacido el 25 de noviembre de 1562 en Madrid, España.

El llamado Fénix de los ingenios y Monstruo de la Naturaleza (por Miguel de Cervantes), renovó las fórmulas del teatro español en un momento en que el teatro comienza a ser un fenómeno cultural y de masas. Máximo exponente, junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca, del teatro barroco español. Es también uno de los grandes líricos de la lengua castellana y autor de muchas novelas.

¿Cuáles fueron las creaciones representadas con mayor profusión?

Bueno cabe citar a Fuenteovejuna, Peribáñes o el comendador de Ocaña, El caballero de Olmedo y La dama boba, dado el éxito de ellas hubo gran número de seguidores.

Sus premisas ¿De qué se caracterizan?


Mis premisas se caracterizan por el quebrantamiento de las tres reglas aristotélicas de teatro clásico, que son la unidad de acción, tiempo y espacio, lo cual cambie la división de cinco actos a tres y, en general, la liberalización de la estructura de la pieza dramática. Los ideales que se exaltan son el monárquico y el religioso, y los sentimientos más manifestados, el amor y el honor.

En su lenguaje ¿Qué tipo de estilo tiene?


En general un lenguaje que tiende a la sencillez. Sin embargo, en estas composiciones se observan también rasgos propios del culteranismo y del conceptismo, así como una influencia de la lírica de origen popular.

¿Cuáles son las diversas formas poéticas que cultivas?


Estas son dos, las cuales una es la poesía de inspiración popular esta está representada por mis romances. Mis temas se ajustan a los gustos literarios de la época y con frecuencia recrean el mundo morisco y pastoril, la otra es mi poesía de inspiración culta esta se expresa generalmente en los sonetos.

¿Cuáles son las obras poéticas que ha creado?


Son tres obras poéticas la primera son las rimas donde la obra es de temática amorosa e inspiración petrarquista, la segunda son rimas sacras, las cuales son la consecuencia de mi crisis personal, presenta una inspiración religiosa que contrasta con la orientación profana del resto de mis creaciones literarias y la tercera son las rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos la que corresponde a la etapa final de mi poesía, en la que muestra un tono antigongorino y desengañado. En ellas, el autor se desdobla en el personaje Tomé de Burguillos, supuesto autor de las composiciones.
Las obras y su vida se hallan muy relacionados ¿en qué se trasluce?
Mi agitada existencia amorosa se traslucen en mis poemas, en ellos aparecen, bajo nombres literarios: Filis (Elena Osorio), Belisa (Isabel de Urbina),Camila Lucinda (Micaela Luján), Amarilis (Marta de Nevares), las mujeres de mi vida.

¿Cuándo niño conocías lo que era el arte?


Cuando pequeño me contaban mis padres que fui lo que se llama un niño precoz y tenía gran facilidad para versificar, lo que mis amigotes apreciaban hasta el extremo de que le cambiaban versos por juguetes.
A los doce años había ya pasado los cursos de Humanidades, en los que había brillado; y a la vez, como de padres de buena alcurnia, tenía la más mundana educación y conocía a maravilla la danza, la música y la esgrima.
Al quedar huérfano ¿Dónde se acogió?
Me vi sin protección ni amparo, por lo que me acogí a la hospitalidad que me daba la casa de don Jerónimo Manrique, obispo de Ávila, y aun después trabajé en casa del duque de Alba, a quien serví de secretario durante algún tiempo


¿Por qué le desterraron?


A los diecisiete años me enamoré de la actriz Elena Osorio, que estaba separada de su marido y con la que viví un tormentoso y apasionado idilio, que muchísimos años después, ya en mi vejez, recree en mi novela dialogada La Dorotea (1632). Elena Osorio era la Filis de mis poemas en esa época. Al abandonarme cometí un error, hice correr por Madrid unos versos ofensivos para ella y su familia, que me valieron un proceso y una pena de destierro en 1588.
En 1608 rompió con Micaela Luján ¿Que le sucedió?
Me produjo un arrepentimiento que puse de manifiesto en mis poemas religiosos; también aumenta mi dedicación al hogar y a mi hijo nacido en 1606 Carlos Félix.


¿En qué circunstancia escribió la novela pastoril La Arcadia?


Tras cumplir mis dos años de destierro del reino, me incorporé como gentilhombre de cámara a la corte ducal de Alba de Tormes, donde viví entre 1592 y 1595. En este lugar leí el teatro de Juan del Encina, del que tomé el personaje del gracioso o figura del donaire, perfeccionando aún más mi fórmula dramática. En el otoño de 1594, murió Isabel de Urbina de sobreparto o puerperio. Escribí por entonces mi novela pastoril La Arcadia, donde introduje numerosos poemas.


¿Por qué tuvo que esforzarse tanto?


Durante bastantes años tuve que dividirme entre los dos hogares y un número indeterminado de amantes. Para sostener este tren de vida y sustentar tantas relaciones e hijos legítimos e ilegítimos, tuve que hacer gala de una firmeza de voluntad poco común y tuve que trabajar muchísimo, prodigando una obra torrencial consistente, sobre todo, en poesía lírica y comedias, impresas éstas muchas veces sin su venia, deturpadas y sin corregir.

¿Pudo corregir y editar parte de su obra sin los errores de otros (los que imprimían?


Si, si pude al fin corregir y editar parte de mi obra sin los errores de otros. Como primer escritor profesional de la literatura española, plantee para conseguir derechos de autor sobre quienes imprimían mis comedias sin mi permiso. Consiguió, al menos, el derecho a la corrección de su propia obra.

¿Por qué decidió ordenarse de sacerdote?


Eran fechas de una profunda crisis existencial, impulsada quizá por la muerte de parientes próximos y que me inclinaba cada vez más hacia el sacerdocio. A esta inspiración responden mis Rimas sacras y las numerosas obras devotas que empecé a componer, así como la inspiración filosófica que asoma en sus últimos versos. Tantas desgracias me afectaron emocionalmente, y el 24 de mayo de 1614 decidí al fin ordenarme de sacerdote.

¿Qué le lleno de tristeza?


En 1621 mi hija Marcela ingresa en el convento de las Trinitarias, quizá para huir de la vida irregular mía; y ese mismo año mi hijo Lope Félix salió de casa para iniciar la carrera de las armas, que le llevó a la muerte en un naufragio frente a las costas de Venezuela en 1634, lo que me llenó de pena. Hacia 1623 mi hija se queda ciega y luego pierde la razón; hasta que muere, en 1632, estaré a su lado cuidándola abnegadamente. En 1634 mi hija Antonia Clara, tenida con Marta, de sólo diecisiete años, se fugó con un galán, llevándose joyas y dinero. Esta fuga y la muerte de mi hijo Lope Félix me llenan de tristeza.
Muchas gracias por su tiempo y se agradece que este bien. Esta entrevista a sido para informarle a usted.

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